Ando haciendo la maleta, y aunque este viaje me hubiera gustado hacerlo de otra forma, he de decir que ha tenido su encanto.
Pensaba hacer excursiones por el país, pero las revueltas de la última semana, las intensas lluvias y el miedo generalizado de secuestro por ser europea, ha hecho que haya pasado la gran parte de mi tiempo en Bogotá y acompañada en todo momento por cualquiera de mis amigos colombianos.
De la ciudad contar que es puro caos. Gente cruzando por medio de las autopistas, coches que conducen de lo más temerario y una contaminación que ha hecho que respirar aquí sea de lo más complicado, sin tener en cuenta una altura que tampoco ha ayudado. Sin embargo, la ciudad está llena de ricones lindos, una comida excelente y un color verde que impregna todo.
Aunque he hecho alguna que otra foto, dejaré aquí un pequeño resumen de los sitios por donde he andado:
Estas eran las vistas desde mi habitación. Lo que más me ha gustado de Bogotá han sido las montañas que rodean la ciudad.
Esta es la Plaza de Simón Bolivar con su catedral al fondo.
Justo detrás de esta plaza, comienza el barrio de la Candelaria, lugar donde se fundó la ciudad y que está poblada por casas típicas españolas y con un colorido que me cautivó desde el primer momento.
Múltiples piezas del museo del oro. Impresionante la cantidad de reliquias que alberga este museo.
Y Bogotá, desde las alturas de Monserrate
Pero lo mejor, ha sido el reencuentro con "mi pana" después de tres años. No sé cuando podré volver, pero entre mis imagenes se esconden aromas, sonrisas y calor. Ahora, toca lo peor, la despedida y diez horas de vuelo infernal. Nos vemos de regreso.....