Debido a que en mi oficina está capado Internet, he decidido que en mis ratos libres (vamos, cuando me venga en gana) voy a escribir mis paranoias en un documento Word para reenviármelos posteriormente a casa y colgarlos desde allí, ya que una necesita expansionarse de vez en cuando durante el horario laboral (y los cigarritos no cuentan) para no volverse loca entre tanto cafre.
El caso es que hace tiempo prometí escribir sobre las pijas-pijísimas de mi oficina, y hoy, viéndolas deambular a mi alrededor sin nada mejor que hacer, he decidido ponerme con el tema.
Este espécimen, por desgracia en vías de “no-extinción”, se caracteriza principalmente por:
- Conversaciones insustanciales con un acento hipermegachupipijo, tipo: “Uis Maris que fuerte me parece la historia esa del novio de la Pantoja ¿te has enterado de que no tiene pasta de dientes en la celda? ¿cómo mantendrá el pobrecillo su higiene “bocal”?”
- Haga el tiempo que haga, ellas siempre están monisisisiismas de la muerte, con unos taconazos de infarto, un escotazo de vértigo y unas minifaldas raquíticas. Vamos, que no entiendo como desde la autoridades sanitarias de este país no se ha llevado a cabo aun ningún estudio intentando explicar como es que estos seres no se mueren de una pulmonía cada dos por tres.
Desvaríos aparte, quiero contaros el encuentro que tuve con una de mis supercompismegaguaystelojuroporsnoopy hace tan solo unas semanas. Me dirigía yo tan tranquila a uno de mis “pitis-descansos”, cuando una de ellas se me acercó y me dijo “Aysssss chica, me voy a bajar contigo a ver si me da el aíre, que estoy de un estresado que ni yo me aguanto, porque hoy tengo mucho trabajo y encima ha venido Don bla, bla, bla y me ha dicho bla, bla, bla……” y en este punto desenganché directamente de la conversación porque tanta pijería en el habla me resulta de los más cargante. A continuación, transcribo las palabras que intercambiamos (en cursiva mis pensamientos al respecto):
Pija: Pues fíjate, el otro día estuve hablando con una amiga sobre ti
Doña: ¿Sí? ¿y eso?
P: Pues resulta que estábamos de compras y le comentaba que no entendía como algunas chicas iban de cualquier manera al trabajo.
D: Interesante (manda huevos que a estas horas tenga que estar aguantando este tipo de gilipolleces)
P: Pues sí, porque nena, con cualquier trapito podrías sacarte mucho más partido, estarías mucho más mona, de verdad de la buena.
D: Es que yo prefiero venir cómoda al trabajo, qué quieres que te diga, eso de pasarme el día embutida en una falda que me corta la respiración y sufriendo por unos zapatos que me sacan la piel a tiras, como que me impide concentrarme para trabajar, que es lo que vengo a hacer aquí.
P: Aisssssss nena, qué exageradísima eres, en serio, vente un día conmigo y yo te cambio el look y te dejo fashion fashion fashion.
D: No te preocupes, que así estoy la mar de a gusto (y si la pego un buen palo para que deje de sufrir la pobrecilla)
P: Porque por cierto ¿tú que haces en tu tiempo libre?
D: (¿y a qué narices viene ahora esa pregunta?, debe ser como Dory, el pescadito azul en la película de "Buscando a Nemo", que de retentiva vamos escasos). Pues me gusta leer, ver pelis, ir al teatro, escribir, vamos, lo típico.
P: ¿Escribir? Claro, con esas pintas ya decía yo que tenías que ser una intelectual, ¿y qué escribes?
D: Pues principalmente relato en un blog el tocamiento de pelotas que me generan algunos personajes de mi vida cotidiana
P: ¿Un blog? ¡¡¡¡Eres como Bea la fea!!!! (espero, sinceramente, que se refiera a que escribo en una página, ¿alguien tiene cianuro a mano?) ¿Y qué hay que hacer para tener uno de eso?
D: (A parte de ordenador, algo que contar hija mía, algo interesante que contar) Pues tiempo, interés y ganas de escribir.
P: Claro, entiendo que no tener novio lleva a estas cosas
D: ¿Qué cosas?
P: Pues a encerrarte en casa a escribir, sin nada mejor que hacer, ¿no?
D: (pero esto me está pasando de verdad o me he metido un tripi esta mañana y lo estoy flipando en colores) En primer lugar no me encierro, lo hago porque me gusta, y en segundo lugar esto no es incompatible con tener pareja, es más, a mi chico siempre le ha gustado lo que escribo
P (con ojos como platos, pálida como la cera): ¡¡¡¡¿¿¿¿¿Pero tú tienes novio?????!!!!!
D: Sí, ¿tan extraño te resulta?
P: Pues sí, no sé, una chica como tú, entradita en carnes, que viste tapada hasta el cuello, pues como que me resulta raro que tenga novio, porque claro, es lo que yo le digo a la Susi, no sé que quieren los hombres, la verdad, con lo monísima que soy yo y la clase que yo tengo, y no es que yo sea creída no, es que es la verdad, que me lo dice todo el mundo, pues como que no me duran nada los chicos, vamos, que no sé yo lo que quieren, ya te lo digo, son muy raros, de verdad, nada que ver con los que había en la época de mi padre, que eso sí que eran hombres, galantes, bla, bla, bla, bla.
D: Mira chata, los hombres no es que sean raros, simplemente que a veces, por extraño que te resulte, buscan mujeres con las que puedan tener una conversación más allá de Versace o Chanel, algo que les motive intelectualmente, y no es que lo diga yo, vamos, que esto se sabe aquí y en la China popular. De todas formas, si me disculpas, tengo que subir ya, que esta mujer de vestimenta cutre tiene que trabajar.
P: Uis, que rintintín utilizas, no te habrá molestado lo que te he dicho ¿no? que yo lo digo por tu bien.
D: No caris no (con rintintín), no me ha molestado lo más mínimo, además, no ofende el que quiere sino el que puede.
P: ¿A qué te refieres?
D: Nada, déjalo, venga, vamos para arriba
Real como la vida misma. Y esta muchacha tiene trabajo, aunque no sé realmente lo que hace. Menos mal que me tomo las cosas con humor y esto me sirve, una vez más, para ratificar aquellas palabras de Einstein (que por cierto ahora utilizan en un anuncio) de: “Solo hay dos cosas infinitas en este mundo, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de la primera”.
Lo dicho, ver para creer, y prometo por lo más sagrado que esta conversación tuvo lugar, por mucho que pueda parecer una exageración.