sábado, julio 14, 2007

Y yo con estas pintas

Ola de calor, y con ella, la necesidad de comprarme algo para poder ir al trabajo un poco más fresquita. Al pensar tranquilamente en el tema, empiezo a sudar como una loca, y no por los cuarenta grados que acontecen, sino porque me doy cuenta de un hecho inevitable:

¡¡¡¡Horror!!!!!! ¡¡¡¡¡¡¡HAY QUE IR DE TIENDAS!!!!!!!

Por si alguien no lo sabe, odio ir de compras. Creo que debo ser la única mujer en la faz de la tierra que al ver un centro comercial corre en dirección contraria. Si tuviera que clasificar los principales motivos de esta fobia yo creo que podrían ser los siguientes:


  • Todo está lleno de gente (y encima desbocada) revolviendo cual poses@s en busca del trapito perfecto. Aunque intento mantenerme lejos de estos especímenes siempre recibo algún que otro empujón, y encima son tan mal educad@s que ni siquiera piden perdón.


  • Nunca encuentro nada de lo que estoy buscando. Esto podría traducirse en "siempre estoy fuera de temporada o descatalogada". Pongamos un claro ejemplo: Si lo que yo quiero es una falda pantalón, no consigo ninguna porque ese no es el estilo del verano en curso. Si busco un jersey de cuello alto para no quedarme pajarito en la parada del autobús, me comentan que ese invierno se llevan los de pico hasta el canalillo. Vamos, que yo y los diseñadores del mundo vivimos en órbitas diferentes.


  • Si por casualidad alguna vez tengo la suerte de conseguir lo que he ido a buscar, me voy con las manos vacías porque nunca hay ropa de mi talla. Al parecer, en este país las gordas no tenemos derecho a vestirnos, y eso me pone de muy, muy, muy mala leche.

Y es que el viernes, Sofía me cogió por banda y me arrastró a hacer un tour en busca de algo que ponerme. Llegamos a una tienda de marca conocida, y tras buscar y buscar y buscar, no hallamos nada mayor de la talla 46. Entre mis bufidos, Sofía se adelantó a preguntar a un dependiente, el cual le indicó que las tallas grandes se encontraban en otro establecimiento de la citada marca. Así que aliviada y esperanzada, me infundió todos sus ánimos y salimos raudas y veloces en busca de la tierra prometida.

Cuando llegamos al otro establecimiento, nos indicaron la planta donde podríamos encontrar aquello que buscábamos. Cual fue mi sorpresa cuando el apartado de "Tallas grandes" estaba literalmente arrinconado en un espacio minúsculo, donde solo encontré un modelo de pantalón de tela color negro, un modelo de camisa, que en un alarde de generosidad se podía escoger entre rosa pichurri y azul celeste, y un modelo de falda que tan solo existía en color marrón. Esa era toda mi elección posible.

Luego Maromo se queja porque no salgo de mis vaqueros y mis camisetas, pero es que ¿a caso tengo otra posibilidad? Y no voy a entrar en el tema de la ropa interior, porque es misión imposible encontrar lencería que no se parezca a la de mis abuelas. Los encajes y fruslerías varías no están hechas para aquellas que tienen mucho que rellenar......

Aisssssss, que ando muy quemada con el tema. A ver si se me pasa el calentamiento de mollera.

Escuchando: Accidental babies - Damien Rice

5 comentarios:

Eva dijo...

Al final las gordas estamos relegadas al H&M B&B (que creo que es big and better) y al MS. La lencería existe aunque sale carísima, en http://www.silver-lingerie.com, andan de rebajas...

Yo dijo...

Pero qué vergüenza... lo de hoy en día con las tallas es ya de psiquiátrico. Como no gastes una ridícula 36 ó una 38 ya son todo problemas.
Que una 44 o 46 (osea una mujer como dios manda, con sus curvas y lo que tiene que tener) se considere talla grande en la gran mayoría de tiendas es para desesperar a cualquiera. Y si gastas más de la 46 se supone que debes ponerte una sábana atada al cuello y andando.
Yo cogía a los modistos y les ponía una multa de campeonato por sacar a las pasarelas a esos sacos de huesos y por ponérselo tan difícil a las que tenemos algo más que huesarrancos. Me pongo de muy mala leche también cuando voy a comprar trapos. Es algo que tampoco soporto. Nunca me ha gustado, siempre he preferido perderme en una librería o cualquier otro tipo de tiendas.
Me alegro de ver que tu eres igual.De verdad que a veces pensaba que era un poco machorra por pasar tanto de los trapos, jaja.

Un beso enoooooomee, me has alegrado el día! :D

Anónimo dijo...

No creas que eres la única que odia ir de tiendas. Sé que en los hombre el estereotipo no está tan extendido, pero conozco a más de uno que se desvive por un H&M o un Zara. A mí no me desagrada del todo, pero soy un tanto especial. Casi siempre voy solo, soy muy indeciso y no me gusta hacer esperar. Y sobre lo de las tallas, hace mucho tiempo que me dije que no me cortaba la circulación por entrar en una talla menos. Comodidad ante todo, que el culo y el p...... que soportan los vaqueros son míos. Besos!

Anónimo dijo...

En H&M hay tallas grandes pero no en todos, en Barcelona hay uno en "La maquinista" y además al lado hay un MS que también hace todas las tallas.
No publicitan, va de boca en boca, en Barna también en pau claris entre gran via y ausias march hay una corsetera que tiene desde para las lisas como tabla hasta para las venus de Dusselhord. Así tendrían que tener todas las tiendas...

roser_pen dijo...

Sí, a mi también cada día me cuesta más ir de compras. Me pone de mal humor...
Aún me acuerdo de la primera vez (hace una pila de años) que para comprarme un bañador me enviaron a la planta de señoras!!! Recuerdo que me quedé hecha polvo y estuve maldiciendo a la dependienta un buen rato.