Tengo la casa que ni el peor piso de estudiantes podría compararse con la mía. Llevo toda la semana vagueando en cuanto a limpieza se refiere, encuentro latas de refrescos por cualquier esquina, ceniceros que se desbordan por doquier y un regimiento de platos se agolpan en mi pobre pila. Me alimento de lo primero que pillo (que no es mucho porque me niego a hacer la compra), duermo cuando me vence el sueño y en cuanto tengo ocasión, pongo el último disco de Manolo (eso sí que lo compré, je) a todo trapo y me pongo a desafinar como una loca. Sí, he de confesarlo, soy feliz, ya que por primera vez en mi vida puedo ser un caos sin tener a mi señora madre dándome el coñazo.
En cuanto a mi gripazo, pues voy mejor, me quedan un millón de mucosidades que echar pero al menos no tengo fiebre. Gracias a todos aquellos que os habéis interesado por mi estado de salud, he sentido que no estaba tan sola en medio de este polígono abandonado de la mano de Dios. Y debido a mi mejoría, este fin de semana no voy a parar un minuto por aquí, van a tener que meterme encadenada si alguien quiere que regrese al lecho conyugal ¡¡¡¡¡¡FIESTA!!!!!!
Como hoy ya me he cansado de hacer el vago en el sofá, he pensado que iba siendo hora de poner un resumen de lo que ha sido mi existencia en este último mes. Entre trabajo, clases particulares, lavadoras y trapos del polvo, me es casi imposible encontrar un hueco para sentarme tranquilamente frente al ordenador. Además, este mes de mayo ha sido una locura en el trabajo, he pasado más horas metida en la oficina que una monja de clausura en un convento. Menos mal que el mes toca a su fin y hasta septiembre no tendré más previsiones cuatrimestrales, todo un alivio.
Y hablando de trabajo, hace unos días mi contrato llegaba a su fin y mi jefe, que aun no sabe lo que ha contratado, decidió que era una buena idea eso de renovarme por otros seis meses más. Pues nada nene, mientras me subas el sueldo para financiarte todos aquellos cigarros que me robas, yo encantada oiga.
Por lo demás todo sigue igual, o al menos eso espero, porque como no funcionen las plegarías desesperadas que recito religiosamente todas las noches (¡¡¡¡Ais Virgencita déjame como estoy!!!!!), voy a andar bien jodida. Y es que llevo varios días de retraso y eso es muy extraño en mí, yo ¡¡¡¡qué siempre he sido un puñetero reloj!!!!. Ante tal situación, pensé en ir a una farmacia para comprar un predictor y salir de dudas, pero claro, si sale positivo Maromo no estará aquí para sujetarme cuando me dirija hacia la ventana, con la mirada perdida, buscando un buen suelo contra el que estrellarme. Ya os iré contando como se desarrollan los acontecimientos, porque al final me veo dardo charlas en institutos varios diciendo eso de "Niños, niñas, pequeños amigos, a veces, los malditos métodos anticonceptivos fallan asi que ¡¡¡¡¡nada de fornicio!!!!". Espero que el estrés de los últimos meses y este gripazo infernal sean los causantes de este estropicio hormonal. Estoy tan acojonada con el tema que he sido incapaz de comentárselo a nadie. Sé que vosotros me guardaréis el secreto.