jueves, septiembre 21, 2006

Vuelta a la realidad

Una mujer que se encuentra en paro también necesita unas vacaciones. El levantarse a la hora que a una le dé la gana, el deambular por la casa sin casi nada que hacer, el leer cualquier cosa que cae en tu mano para matar el tiempo, también agota.

Así que hace unas semanas decidí hacer las maletas e irme a un lugar desconocido, donde romper mi rutina, donde sorprenderme con cosas nuevas e interesantes, donde nada tuviera que ver lo que he visto hasta ahora...... y llegué a Estambul.



Aunque digan que es una ciudad muy "europeizada" no es del todo cierto, y cuando aterrizas en uno de los peores barrios, escuchando de fondo la llamada a las mezquitas y viendo a tu alrededor rasgos nada amigables, empiezas a preguntarte por qué quisiste salir de tu humilde y dulce morada.

Así que ante tal tesitura decidí hacerme un horario para aprovechar al máximo mi estancia allí y poder recorrerme toda la ciudad, a patita, porque el yate y el Alfa Romeo no me entraban en el avión. Tras varios días sin descanso, acabé con unas ampollas y unas agujetas de flipar, y decidí ir a un baño turco a que unos buenos mozos me desentumecieran todos mis músculos (trabajo tenían los pobres con un cuerpo como el mío). Mi mayor sorpresa fue que me recibió un turco, de rasgos turcos, hablando en turco, de familia turca, que se llamaba ¡¡¡¡¿¿¿¿Jordi????!!!!!.... Pero ¿cómo es eso posible?.
Tras varias averiguaciones y conversaciones complicadas de entender (yo no sabía turco y él casi no sabía inglés) me comentó que adoraba España y por eso había decidido cambiarse el nombre por el de Jordi (claro, Jordi es mucho más común que Manolo o Antonio).
Entre risas y confidencias varias, me gané la amistad de este catalán tan particular y terminé en los tejados del edificio, viendo el mejor anochecer de mi vida, con unas vistas de la ciudad totalmente espectaculares.

Y entre anécdotas miles en cualquier rincón de este espacio poblado de 17 millones de personas (que contaré algún día si me apetece, claro está) mis días de descanso llegaron a su fin y tuve que volver a la ciudad, donde me encuentro ahora añorando mis aventuras y tratando de superar mi depresión post-vacacional...... Porque los parados también nos deprimimos con la vuelta al mundo real.

Así que ya ando por aquí....


Escuchando Passive Aggressive, "Placebo"

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