lunes, agosto 28, 2006

Mi tarde del sábado

Uno de mis mayores temores, al comenzar una relación con alguien, aparece en el glorioso momento en el que tienes que conocer a los familiares y amigos del susodicho maromo.

Aunque tu compañero de fatiga siempre te diga que lo harás fenomenal y que no tienes de qué preocuparte (y que por otra parte a mí siempre me la ha traído al pairo lo que piensen los demás de mi persona), en tu interior sabes que es un momento decisivo, ¡¡¡parte de tu futura felicidad radica en ese encuentro!!!!, ya que si eres odiada desde el primer momento por los progenitores y colegas del muchacho, andas muy, pero que muy jodida.

Con lo cual, las taquicardias y los sudores fríos comienzan a tempranas horas del día X. En tu armario empiezas a rebuscar cualquier cosa que no te haga parecer una mona de feria, ya se sabe, arreglá pero informal, y comienza la expedición espeleológica en busca de aquella falda monísima que hace siglos que no te pones (porque sobra decir que odias este tipo de indumentaria). Cuando por fin lo consigues, te das cuenta de que la muy mamona ha encogido tres tallas, ¿cómo es posible que la ropa encoja de esa manera? Pufff, si es que ya no se hacen materiales como los de antes.... (porque asumir que eso es lo que has engordado en los últimos años dejaría en la más profunda depresión a cualquier fémina que se precie, ya que tres tallas ¿a cuantos kilos equivalen?).

Y ¿cuál es el siguiente paso? ¿Ir a comprar algo nuevo para estar decente? ¡¡¡¡Noooooo!!!!!, él nunca puede darse cuenta de que has tomado tantas molestias para el evento. La única salida que te queda es correr despavorida a la habitación de la madre en busca de una súper faja reductora milagrosa que sea capaz de asalchichar toda esa carne de una manera discreta y voluptuosa.

Cuando crees que ya está todo resuelto caes en cuenta de que no encuentras una camisa que vaya acorde con la falda, los zapatos que le pegaban ya han pasado de moda ¿y donde encuentras un bolso a juego con todo eso?...... Para que luego digan que las mujeres no sufren.

Una vez conseguido el modelito del siglo (y es que ni Coco Channel en sus mejores años) te dispones a ir rumbo al destino. Practicas sonrisas estúpidas durante el trayecto mientras los conductores de al lado piensan que tienes alguna tara mental y sonríen a tu paso con lástima. Ensayas conversaciones y frases típicas porque no quieres acabar como Bridget Jones en cualquiera de sus apariciones..... Y al ir acercándote al lugar H te das cuenta de que todo va a ser un fiasco total, y de que del ridículo más espantoso no te va a salvar ni el Tato.

Y apareces radiante, con tu mejor sonrisa, intentando hacer equilibrios con tus tacones. La tarde va pasando mientras desarrollas todas tus aptitudes de conversadora nata e inteligente, parece que no va mal y que ¡¡hasta se ríen!! (esperas que no de ti) y comienzas a relajarte. Llega la despedida, besos múltiples, ya nos veremos, ha sido genial conocerte, bla, bla, bla. Estás satisfecha, has hecho un buen trabajo, no podría haber salido mejor.

A la mañana siguiente, tal como hoy, llamas a tu pareja para ver cuales han sido los comentarios (sabes que todos, sin excepción, han llamado para dar su opinión al respecto de la maravilla de muchacha que han conocido):

Un tono, dos tonos, tres tonos (¿a que no me lo coge?):

- Maromo: Hola, ¿cómo va tu mañana?
- Paranoica: Bien, bien, ¿qué tal, te ha llamado alguien?
- M: Pues no, todo tranquilo
- P: ¿No ha llamado tu hermana? ¿Pepe? ¿Manolita? ¿el kiosquero de la esquina?
- M: Upss, pues sí, ahora que lo dices me han llamado los chicos
- P: (intentando poner voz de sorpresa) ¿Anda sí? ¿Y qué te han dicho?
- M : Nada, que se lo pasaron muy bien el sábado
- P: Que bien!!!!, yo también me lo pasé fenomenal, son todos súper majos, y ¿no han comentado nada más?
- M: Pues, ehmmmmmm, sí, no, ehmmmmmmm
- P: Venga hombre, que han dicho, que no pasa nada
- M: Pues nada, no han dicho nada.
- P: (con voz un tanto quemada) Anda, como no van a decir nada, ¿ni siquiera te han dicho lo elegante que iba?
- M: Bueno sí, me han comentado (silencio incómodo) ¿No es un poco gordita?
- P: .......
- P: .......
Pi,pi,pi,piiiiiiiii

Tus mejores galas, tus mejores sonrisas, tu mayor despliegue de medios para parecer normal, tus conversaciones más ocurrentes y tus chistes más graciosos, para que el único comentario sea:

¿NO ES UN POCO GORDITA?

Pero vamos a ver ¿En que demonios se fija el personal?

........ Y es que el mundo es un asco........

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