Son las dos de la madrugada del sábado, y aquí me tenéis, sentadita en frente del ordenador. Llevo todo el fin de semana encerrada, sin ver la luz del sol, criando unas almorranas de mucho cuidado y preguntándome si hay vida en el exterior. Lo peor de todo es que la culpa de que esté en esta situación es solo y exclusivamente mía. No hay nada peor que decirle a un jefe: "Buahhh, no te preocupes, esto lo tengo listo para el lunes", porque tras comprobar que no has dado palo al agua durante la semana, el único remedio que queda no es otro que pringar en el finde. Sí, me tiré un farol y ahora tengo que pagar las consecuencias y ando como una loca intentando finalizar las correcciones de la tesis. Lo peor es que a estas horas, ya no veo más allá de mis gafas, y eso de tener la camita aquí al lado gritando como una descosida "Vennnn, vennnnnnnn, aquí estarás más agustito", pues no ayuda nada.
Pero bueno, como no todo es malo en esta vida, una amiga me ha dado unas pastillitas para mejorar mi estado de ánimo y aliviarme de mis pesares. Aquí os dejo una foto, por si os apetece probar. No necesitan receta médica y están al alcance de cualquiera. Yo, desde que me las tomé hace unos minutos, me encuentro mucho mejor.....
Un besazo y disfrutad de vuestro finde, vosotros que podéis.....
Escuchando: Mis ronquidos a lo lejos.....
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